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¡«Ha valido la pena» !

Lara

Localizacíon: Colonia, Alemania, Europa

Organisación: IN VIA

Lara Guerrero es de Argentina y ha trabajado 18 meses a través de IN VIA en la escuela abierta de jornada completa (OGS) de la escuela primaria Anne Frank Grundschule de Colonia. Durante su estancia en Alemania ha adquirido interesantes conocimientos sobre el sistema educativo alemán. Una vez finalizado su servicio de voluntariado, Lara hace un balance de sus experiencias personales.

Llegué a Alemania a los veintiún años y con conocimientos rudimentarios del alemán. Desde el primer momento estuve dispuesta a desempeñar cualquier tarea que se me asignara como voluntaria. Mi jornada de trabajo comienza sobre las 11:00 de la mañana ayudando en el comedor escolar a limpiar y preparar el almuerzo. A través de este trabajo adquirí más responsabilidad en términos de higiene y también entendí lo importante que es separar y reciclar la basura, algo que no es muy común en Argentina. Hoy, en cambio, me parece completamente normal cuidar el ambiente.

Después de trabajar en la cocina, llega la hora de estudiar y ayudo a los niños y niñas a hacer los deberes. A continuación, los niños y niñas almuerzan y disfrutan de un postre o una deliciosa fruta mientras yo los superviso. Al terminar de comer, nos ponemos a jugar o hacemos manualidades juntos.

Lara de cuclillas en la orilla de un lago apuntando a las palabras «Köln 2020» («Colonia 2020») escritas en la arena.
Verano en Colonia

Mi experiencia más bonita

Una de las experiencias más bonitas que tuve fue cuando me dieron la oportunidad de dar clases de baile. Aproveché el tiempo para contarles a los niños y niñas más cosas sobre mí y sobre otras culturas.

No es fácil ser profesora de baile. Hay que prestar atención a las necesidades de cada niño y niña y enseñarles a bailar a través del juego y la diversión. ¡Y todo ello en alemán! Dediqué los fines de semana a preparar mis clases. Enseñé los diferentes bailes que existen en el mundo y les conté cómo se originaron. Preparé los pasos que quería enseñar, una pequeña coreografía y luego algunos juegos que resumían todo lo que habían aprendido en cada clase. Fue una experiencia que me ayudó mucho a crecer como persona y como profesora de baile porque pude combinar arte, música, niños, pedagogía, enseñanza, juegos y diversión; y todo ello en una hora y media.

La generación de jóvenes de hoy, es el futuro de mañana.

Aún hoy sigue asombrándome cómo funciona el sistema educativo y el enfoque pedagógico en Alemania. Desde una edad muy temprana, se fomenta la personalidad independiente de los niños y niñas: Son libres de elegir o expresar lo que quieren. La aceptación de los demás como individuos se refuerza al interactuar unos con otros mientras aprenden y juegan.

Por eso es muy interesante trabajar aquí, ya que todas estas cosas se abordan de forma muy diferente en mi país. Y estoy feliz de participar en el desarrollo personal y la educación de cada niño y niña. También me impresiona la formación continua de los especialistas en pedagogía y del personal de la OGS. Tuve la oportunidad de participar en sesiones de formación para mejorar el trabajo en equipo, la comunicación, el desarrollo y la planificación del año escolar, lo que fue muy enriquecedor.

En un gimnasio, las niñas y niños están sentados en círculo alrededor de Lara y escuchan sus explicaciones.
«Fue una magnífica experiencia enseñar a bailar a las niñas y niños.»

No todo fue fácil....

Cuando comparo mi vida en Argentina y mi vida en Alemania, me percato de lo diferentes que son. En Argentina, vivía con mi familia. Estudié en la Universidad de Buenos Aires y tenía dos trabajos: uno en una panadería y otro como profesora de baile. Así que no tenía mucho tiempo para mí misma.

Al llegar a Alemania, todo eso quedó atrás. Me enfrenté a la vida cotidiana yo sola y tuve que afrontar la independencia. Hubo momentos en los que me sentí un poco triste porque mi vida había cambiado 360 grados. Por ejemplo, la comida es diferente a la de Argentina. Además, aquí los domingos y los días festivos son muy tranquilo, mientras que en Argentina hay música y en las calles hay mucho bullicio en esos días. Pero poco a poco me he ido adaptando a la nueva cultura.

... ¡pero valió la pena!

He aprendido a organizarme mejor, he probado cosas y me he conocido mejor. Me he vuelto más flexible y abierta a nuevas ideas, me he hecho más fuerte y más segura de mí misma. También puedo decir que pienso de forma más global. Las desigualdades sociales en el mundo, la lucha contra la discriminación y la lucha por los derechos de la mujer me interesan más que antes.

Una mesa decorada con velas, una tarta y rosas en un jarrón. En el sitio de Lara hay una tarjeta con su nombre y un regalo envuelto.
«Muchas gracias a mi familia anfitriona por este maravilloso cumpleaños.»
Lara está sentada sobre un muro junto al Rin y apunta con los dos pulgares hacia arriba. Al fondo se aprecia un puente que cruza el Rin y la catedral de Colonia en la otra orilla del Rin.
«Fue un enorme desafío vivir en otro país, pero ha valido la pena.»

Uno de los momentos que más disfruté en Colonia fue el famoso carnaval. De hecho, me sorprendió ver cómo se disfrazaba todo el mundo, aparte de que la mayoría prepara sus disfraces muchos meses antes. Y aunque haga frío y llueva, la gente espera el carnaval y disfruta de toda la semana con los amigos y la familia.

No quiero dejar de mencionar, además, mis experiencias en la OGS, los excelentes compañeros y compañeras de trabajo que me acompañaron en los momentos difíciles, pero también en los buenos. He conocido a mucha gente de Alemania, pero también de otros países, y he hecho amigos. He aprendido a apreciar mi país y sus costumbres y también a respetar otras culturas. Para mí, ha merecido la pena salir de mi zona de confort y venir a Alemania.

Más información

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