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Mozambique pasa desapercibido, pero por eso mismo yo estoy aquí

Francisco está con weltwärts en Reutlingen

Francisco

Localizacíon: Reutlingen, Alemania, Europa

Organisación: ICJA

Francisco Abilio, de Mozambique, ha desarrollado su actividad como voluntario en el colegio Eduard-Spranger Gemeinschaftsschule, en Reutlingen, durante un año. Él es uno de los primeros voluntarios que vinieron a Alemania con el programa weltwärts. Francisco apoya al personal docente en las sesiones escolares y en las actividades extraescolares como, por ejemplo, en las excursiones escolares o en el proyecto de granja de la escuela.

¿Cómo llegaste a weltwärts?

Francisco: Ya en Mozambique me comprometí con el voluntariado en AJUDE, una organización mozambiqueña para jóvenes y voluntarios que admite a voluntarios de weltwärts de Alemania, pero también a voluntarios de otros países. Allí estuve bajo la tutela de otro mentor de voluntarios. Los voluntarios que llegan a Mozambique desde Alemania son enviados a través de la asociación "ICJA Freiwilligenaustausch weltweit e.V.". Y a través de la ICJA, por otra parte, me enteré después del denominado "componente weltwärts sur-norte" y me presenté para un servicio de voluntariado en Alemania.

El voluntario en el clase.

¿Cuáles son tus cometidos en la escuela?

Francisco: Tengo un horario fijo con un surtido de propuestas que se celebran semanalmente; por otra parte, sin embargo, todavía queda tiempo para otras actividades. El mes que viene quizá acompañe al profesor a una clase en la residencia escolar en el campo. Presto apoyo al profesor de educación física con el cuidado en las actividades de fútbol. A las alumnas y alumnos del sexto curso les ofrezco "English Conversation" dos días a la semana. Esto se realiza como complemento a la clase normal de inglés y debe proporcionar a los niños un aprendizaje del idioma orientado a la práctica, con juegos y diversión. Hablamos mucho, leemos textos y hacemos juegos para ampliar el vocabulario. Naturalmente, también necesito algo de tiempo para la preparacion del curso. Es cierto que el inglés no es mi lengua materna, pero ya en la escuela me entusiasmó y a través de un ambiente con jóvenes en el servicio de voluntariado de Mozambique adquirí también la práctica del idioma. Además, gracias a mi compromiso con AJUDE y los contactos con organizaciones socias extranjeras pude también viajar a Canadá y pasar allí tres meses. Además, en el colegio hay también un proyecto especial, una granja escuela. Los niños de los cursos 5.° y 6.° pasan allí algunas horas a la semana durante un mes. Allí aprenden mucho sobre agricultura, animales de explotación y producción de alimentos según normas locales y globales.

¿Qué te gusta en especial de tu actividad en weltwärts?

Francisco: Me divierte mucho recopilar experiencias en las clases y he vivido ya muchos momentos bonitos o también divertidos al respecto. Pero lo que me gusta de manera absolutamente especial, cuando estoy fuera, por ejemplo con mi grupo de trabajo Outdoor, y nos ponemos a jugar a la caza de pedacitos de papel o a la búsqueda del tesoro. Me encanta la variedad de tareas que realizo. Además, me alegro mucho de los comentarios positivos del personal docente. En la primera semana, cuando todavía era nuevo en la escuela, muchas personas todavía no me conocían del todo. Con el tiempo, sin embargo, todos sabían que yo estaba allí y me preguntaban si podía pasarme por allí y por aquí y echar una mano.

El voluntario en la naturaleza.
Francisco disfruta de la naturaleza.

¿Cuáles fueron tus primeras experiencias en Alemania? ¿Cuándo tuviste la sensación de haber llegado realmente a Alemania?

Francisco: Cuando llegué, tuve primero un seminario en Berlín con otros voluntarios de weltwärts de mi organización de acogida durante once días. Allí recibimos un pequeño curso intensivo del idioma, unas breves conferencias, talleres y debates sobre el país, la gente, la sociedad y también la historia de Alemania. Además hubo unas cuantas visitas a los museos. Pero también hemos hablado sobre los posibles retos, un posible choque cultural y muchas cosas más. Aquello era todo muy excitante, tremendamente fascinante y novedoso, como lo es todo, en cualquier caso, el primer día.

A continuación conocí a mucha gente en Reutlingen. Todos se interesaron por mí y querían saber lo que hacía aquí y cómo me iba. Paulatinamente se fue desvaneciendo la curiosidad y el encanto. No era nada fácil llevar bien todo aquello. Necesitaba en primer lugar - como todos, probablemente - cierto tiempo para llegar e integrarme. De todas maneras encuentro que aquí es más complicado establecer contacto con otras personas. Así, la excitación inicial desapareció y sentí la desilusionante sensación de haber puesto los pies en el suelo. Lo que entonces fue fantástico y de lo que todavía guardo un excelente recuerdo es del carnaval en Rotemburgo. Una famila de St. Johann, donde resido, me invitó a ir con ellos. Pude participar con su grupo en el desfile; íbamos disfrazados de cerdos y llevábamos máscaras. Aquello me resultó increíble y me lo pasé estupendamente: conocer la cultura del carnaval de la región y poderlo presenciar. Me sentí parte del grupo y ya no como un extraño.

¿Hay algo que eches de menos aquí o de lo que te alegres cuando vuelvas a Mozambique?

Francisco: Sobre todo, me alegraré de ver de nuevo a mis amigos. Echo en falta el vivir día a día con un trato de la gente más sencillo, más abierto y con mayor comunicación entre sí. Aquí paso mucho tiempo solo, lo que en este país, ciertamente, ya no es algo insólito, pero me falta algo de ese tipo de confianza y cercanía que conozco en Mozambique. No me gusta cuando estoy solo durante mucho tiempo. En Mozambique es, por cualquier motivo incluso que yo no sepa, fácil y normal pasar por casa de algún conocido espontáneamente a preguntar qué tal está y simplemente pasar el tiempo con los amigos o recibir uno mismo visitas.

¿Cómo se ve a Mozambique en Alemania desde tu punto de vista y qué papel pueden desempeñar los voluntarios como tú en la percepción pública?

Francisco: Dicho sinceramente, tal como lo veo, Mozambique no es conocido en absoluto. Una vez hice una encuesta en el colegio sobre Mozambique y pregunté a varias alumnas y alumnos qué es lo que sabían de Mozambique. Unos pocos sabían, así en general, que era un país de África; pero ya no podían decir dónde estaba situado exactamente. Nadie sabía qué idioma se habla en mi tierra natal ni cuántas personas viven allí. Cuando hablo con gente sobre Mozambique, entonces las asociaciones que muchas personas relacionan con África (desde el hambre, pasando por niños soldado, hasta el ébola), todas ellas son proyectadas también sobre Mozambique Sin embargo, creo que la gente de Ghana, Tanzania, Togo o Camerún probablemente experimentatán eso de forma parecida. Las diferencias regionales y específicas de cada país apenas son conocidas.

Pero espero y pienso que eso puede cambiar poco a poco precisamente gracias a los servicios de voluntariado como weltwärts. Durante el trabajo, en los descansos o sobre todo en la vida privada, tengo la oportunidad de hablar con la gente. A menudo la gente también me pide que cuente cosas de mi país, precisamente los niños en el colegio. Gracias a mi familia anfitriona hasta hice una charla-presentación sobre Mozambique en nuestra pequeña localidad en la parroquia.

Durante el trabajo, en los descansos o sobre todo en la vida privada, tengo la oportunidad de hablar con la gente. A menudo la gente también me pide que cuente cosas de mi país, precisamente los niños en el colegio.

¿Qué te llevas contigo de tu experiencia en el servicio de voluntariado?

Francisco: Por el momento todavía no pienso demasiado en el regreso. He aprendido mucho aquí, en mi servicio de voluntariado de weltwärts; también porque he venido con los ojos y los oídos abiertos. Además, el trabajo con niños y jóvenes me divierte mucho. También puedo, de cara a mi futuro laboral, presentar mi experiencia de haber trabajado con niños y jóvenes.

Cuando vuelva a Mozambique contaré las vivencias e impresiones de mi estancia de un año en Alemania y seguramente me harán muchas preguntas. Algo ya ha cambiado en mi modo de vivir gracias a mis experiencias y reflexiones y puedo imaginarme que todavía cambiarán algunas cosas más. También puedo imaginarme que eso se contagiará en mi entorno y en mi círculo de amigos. Si eso no sólo me ocurre a mí, sino que también le pasa a muchos otros voluntarios, entonces creo que podemos cambiar algo.

Retrato de voluntario Francisco.
Francisco

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