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weltwärts

Muy, muy estimados amigos

Pasar un año en Alemania con weltwärts

Bettina

Localización: Kassel, Alemania, Europa

Organización: Internationalen Bund Kassel

Bettina de Camerún fue una de las primeras que participó en el nuevo componente sur-norte del programa weltwärts. Como voluntaria en la asociación Internationaler Bund Kassel atiende a niños con dificultades de aprendizaje. En la entrevista le preguntamos por sus experiencias.

¿Cómo es tu rutina diaria?

Bettina: Esencialmente se trata de acompañar a un chico en el colegio August-Fricke-Schule. El trabajo es diferente de día en día. Los martes, por ejemplo, siempre hacemos primero un círculo matinal y hablamos sobre el día anterior. A continuación desayunamos todos juntos. Después vamos a la piscina. El niño que estoy cuidando no sabe nadar y tiene un poco de miedo al agua, por eso le ayudo. Posteriormente regresamos todos al colegio. En principio solamente cuido a un niño, no obstante, también observo lo que hace toda la clase y así puedo ayudar a otros.

¿Cómo conociste a weltwärts?

Bettina: Cuando estuve en la universidad estuvieron viviendo al lado durante algún tiempo unos voluntarios de weltwärts de Alemania. Fue una constelación muy interesante y, por cierto, todavía seguimos siendo amigos. Vinieron a Camerún para cooperar en proyectos de desarrollo en mi país y conocer nuestra cultura. Y me pareció excelente la idea de poder venir a Alemania para aprender algo.

¿Hubo para vos momentos especiales en Alemania?

Bettina: Hasta ahora he pasado muchos momentos hermosos, pero también hubo momentos en los que no me encontraba bien. Esto tenía que ver, en parte, con el racismo, porque algunas personas piensan que venís de África y que, por lo tanto, sos inculto; o que únicamente venís acá porque necesitás ayuda. Pero también he vivido momentos muy, muy lindos, en el colegio, por ejemplo. La profesora de mi clase es maravillosa y muy amable. La mayoría de personas de allá son muy abiertas. Algo así sirve de soporte y te ayuda a continuar en los momentos difíciles. El cuerpo docente se ha convertido, cómo podría decirlo, en algo así como una segunda familia o mejor aún: sencillamente en muy, muy buenos amigos. Lo que también me gusta especialmente de acá es pasear en bici y disfrutar de los bosques y de la naturaleza.

Hasta ahora he pasado muchos momentos hermosos, pero también hubo momentos en los que no me encontraba bien.

Una voluntaria con dos amigas
Bettina con dos amigas.

¿Qué echás de menos en Alemania?

Bettina: Un delicioso pescado asado. Me gustaría mucho volver a comerlo, a veces incluso sueño con ello. Echo de menos nuestra comida, naturalmente, sana y ecológica y sencillamente deliciosa. Lo que también echo de menos es conversar en la calle de forma simple y sin complicaciones con personas a las que no necesariamente conoces más de cerca. Preguntarle a la persona que está junto a mí en el autobús, por ejemplo: «Hola, ¿cómo te va?» o también que los transeúntes te dirijan la palabra.

¿Qué sabe la gente de Alemania sobre Camerún?

Bettina: Cuando les digo que vengo de Camerún, la mayoría de las veces me dicen: "Ahh, ¡el país del fútbol!". La mayoría de la gente no sabe exactamente dónde se sitúa Camerún, pero de alguna forma vinculan algo positivo, una buena sensación con el país y quieren saber lo que hay allá, cómo es. Es decir, están interesados. Considero que es normal que las cosas como la cultura o el modo de vida parezcan distintos y extraños a primera vista, cuando voy a un país tan alejado de mi hogar. Se habla mucho sobre estas diferencias, quizás también demasiado. Porque también he aprendido que las necesidades básicas de los seres humanos son las mismas. Y lo que nos es igual para todos, en último término, es el corazón. Esto es lo que une y lo que me ayuda, más allá de las barreras lingüísticas y culturales que, por supuesto, existen y me permiten entender las cosas, a pesar de ello.

¿Qué querés conseguir con tu servicio como voluntaria?

Bettina: Creo que ya he podido conseguir un par de cosas. Por ejemplo, la profesora con la que estoy colaborando me ha preguntado si podría imaginarme la idea de quedarme hasta la finalización del curso escolar, aunque mi servicio termina, en realidad, en el mes de marzo. Me he alegrado mucho ante esta petición. Y en lo que se refiere al chico del que me ocupo principalmente, los demás profesores me dicen también que le he podido ayudar en gran medida: que él ha cambiado, es más tranquilo, entiende más cosas y ahora colabora más. Espero, naturalmente, que continúe progresando así. Entretanto también puedo comprender mucho mejor a las personas puesto que el idioma alemán me resultaba algo complicado al principio. Y con mi trabajo y con los niños he podido conocer acá muchas facetas de la vida. Con independencia de lo que suceda con mi vida, también desde un punto de vista profesional, pienso que puedo aprovechar muy bien este año. Precisamente el aspecto social, la afectuosidad me pueden ayudar a lo largo de toda mi vida.

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